Un año sin ti,
ya no hay llamadas en el teléfono,
ya nadie me dice que salga a la terraza
para ver las estrellas
ni nadie me cuenta la historia
de cada una de ellas.
Un año sin ti,
ya nadie nos lleva de paseos por la ciudad
ni nos cuentan todos los chistes que se saben
solo para hacernos reír.
Un año sin ti,
ya las matemáticas han dejado de contar
y las historias se comienzan a olvidar.
Un año sin ti,
nadie mira más allá que tú,
todo es tan ordinario
que a veces necesitamos oír de tus aventuras.
Sé que hacías magia con la baraja
y sé que tenías magia en tu ser.
Un año sin ti,
no es que me la pase llorando o sufriendo,
pero a veces me queda la sensación de echarte de menos.
Lo que duele es que ya no hay abuelos,
la familia está creciendo
y no hay nadie para sostenerla.
Un año sin ti,
recuerdo aquella mañana en el hospital
y los días del funeral.
Recuerdo que la lluvia
complicaba tu entierro,
jamás quisiste dejarnos
y por eso, el cielo (tú) estaba llorando.
Besé las espinas
y te aventé la flor,
te estabas marchitando
y esperaré las primaveras necesarias para que vuelvas a florecer.
Recuerda la lluvia
y nuestro llanto.
Recuerdo los gritos
y el sonido de los corazones rotos.
Ya un año sin ti,
tu habitación sigue teniendo tu olor
y nosotros, el dolor.
Te queremos mucho,
papá Tanito…
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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