Mi cuerpo,
un astronauta volteando hacia el techo,
inmóvil en el vacío,
creando espacios
tratando de recorrer sensaciones,
transmutando la piel
y manteniéndose denso en deseo.
Yo, el astronauta
que confunde el polvo en partículas iluminadas
con las estrellas,
de cualquier forma, lo que se desprende de ellas
me vuelve ciega,
y es tu iris mi raíz,
mis lágrimas tu cáliz.
Tal vez arriba del techo esté la nave,
no lo sé,
yo solo veo el techo,
ese es mi mundo ahora,
lo que me llama
y hace estallar en tus ecos,
chillante silencio,
un llanto callado,
y estoy soñando
e hibernando,
porque acá el tiempo transcurre distinto,
tal vez los años luz nos vuelven seres iluminados,
centenarios en destellos que no veremos apagarse
(y que nunca veremos ni siquiera su existencia, por nuestra propia extinción)
vuelvo a contar los puntos del cielo,
vuelvo empezar en lo alto,
para caer otra vez,
en ti.
Arriba del techo están las aves,
llamo libertad
a su habilidad
de estar allá o acá,
ellas abren los techos
como si fueran sus propias alas,
ellas abren sus pechos
como si te compartieran su alma en su aleteo,
ellas no van con la pena de su alma a Leteo.
Yo, el astronauta plantado
porque tú vives en la tierra,
polvo iluminado que confundí con una estrella,
mi constelación perdida,
mi destino en lo alto,
mira qué bajo caímos.
Gusanos de tierra, no quieres tocarlos,
gusanos en el espacio, quieren tocarnos,
tú, entonces yo,
en trajes espaciales,
yo, un vacío ahogado,
todo ha sido salvado,
el verdadero éxodo.
Fuera de tu traje espacial
eres un vacío navegante,
el cautivo en lo nativo,
y me cautivo.
Y yo ya acepté que no pertenezco,
pero nunca lo he hecho,
gusanos de tierra,
gusanos en el espacio,
distintas dimensiones,
nuestras divisiones.
Hoy en el taller de Escritura, literaria y crítica literaria, (el cuál es dado por una literata, y un compañero estudió filosofía, otra es psicoanalista y luego estoy yo, pero hoy me di cuenta que la universidad si me sirvió de algo -si mi mamá lee esto es broma-, el caso es que los distintos puntos de vistas se vuelven más interesantes) algo de lo que se habló fue el surrealismo y como Pizarnik utilizaba esas imágenes para decir "yo", el ejemplo más claro está en su poema Yo soy (de La tierra más ajena):
mis alas?
dos pétalos podridos
mi razón?
copitos de vino agrio
mi vida
vacío bien pensando
mi cuerpo?
un tajo en la silla
mi vaivén?
un gong infantil
mi rostro?
un cero disimulado
mis ojos?
ah! trozos de infinito
entonces la maestra nos pidió realizar un ejercicio, un poema autorreferencial a partir de analogías de tipo surrealistas, evocando el "yo" a través de imágenes imprevistas.
Y nos dio un ejemplo de escribir desde: mi cuerpo, mi vida, mi amor, mis días, mis sueños, mis poemas, por lo tanto escribí un poema respondiendo esas interrogantes con cosas que me rodeaban, los sinsentidos sentidos en metáforas.
en este caso, yo:
"mi cuerpo,
un astronauta volteando hacia el techo (...)
Así que, según yo, quiero escribir un poema por cada aspecto, para jugar más con las palabras.
El astronauta volteando hacia el techo:
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