En una multitud,
te identifico
y a ti me acerco,
porque te amo.
A mí me has elegido
porque me has amado,
y ataste mis manos
sobre el mundo que creaste
y tuve que liberarnos,
tú me hiciste entregarte
cuando yo no quería hacerlo,
pero te amaba tanto.
Un beso sellará a nuestro amor
para que después puedan perdonar a mi corazón,
Jesús, no soy más que una blasfemia
en tu profecía.
Tuviste mi mayor lealtad
cuando besé tu mano,
¿por qué me diste tu sangre
antes de que te hicieran una corona de espinas?
Tú dijiste que la verdad absoluta
estaba en tus escrituras,
pero que nadie se tenía que enterar
del deseo en tu voluntad,
tu destino no fue algo que afrontaste
de la noche a la mañana.
Mi ambición estaba en aprender de ti,
no en entregarte,
y lo sabes,
puedes tomar mis 30 monedas de plata,
que yo nunca quise nada,
pero te amaba.
Nadie me podrá perdonar porque por mi culpa te mataron,
¿tú me sabrás perdonar cuando me suicide?,
no es mi hora,
solo es mi vida
y no puedo más
con el peso que pusiste en mí,
¿abrirás el cielo para mí?,
¿me dejarás volver a ti?,
¿me identificarás entre los desamparados?,
¿me seguirás amando como lo hiciste en la tierra?,
¿seguiré siendo tu amigo?
Dios, no me abandones ahora,
que una vez ya lo hiciste,
pero te amé
y siempre lo haré
aunque todos me odien
por lo que me hiciste hacer.
A mediados de abril, leí un poemario de Claribel Alegría, y me gustó bastante su expresión y lo que puede llegar a transmitir. Había un poema sobre Judas y qué bonito leerlo, ya había leído la teoría que él no fue ningún traidor, sino que Jesús le pido que lo entregara para poder cumplir su misión en la tierra. Y ese poema me lo confirmó. Él era bueno, creo y espero.
En cuanto terminé de leer el poema, se lo envié a Fer, ni siquiera somos religiosas, pero nos cae muy bien Jesús. Jamás he leído la biblia (y dudo mucho algún día hacerlo, supongo que mis años en catecismo podrán hablar), pero admito que hay cuestiones interesantes (poéticas).
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