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Un cielo inclinado

Foto del escritor: ANMIR MARTZANMIR MARTZ

Le disparaste al barco

como si las olas

no lo pudieran golpear

hasta hacerlo destrozar.


Tenías que haberme desterrado,

pero erraste

y me enterraste.


¿Cuándo esta fragilidad

me rompió?,

¿cuál de tus palabras

provocó esta guerra silenciosa?


Hay dolores permanentes

que no siempre duelen,

esta herida dejó de sangrar,

mas esta cicatriz no se despintará.


¿Cuándo me volví tan inestable emocionalmente?,

¿cuándo reprimir se convirtió en lo mejor de mí?


Enterraste el arma

y jamás te preocupaste por el cuerpo,

solo huiste diciendo que jamás estuviste en ese camino

y las marcas no podrán mentir como tú lo has hecho.


Dices que estas grietas

no me mantienen rota,

tú jamás supiste sobre la profundidad.


Un cielo inclinado,

quiero creer que existe un universo paralelo

donde el ser yo no se sienta como un error.


Cortaste las alas

y me aferré a unas plumas,

¿la poesía me salva

aun si no puede sanar mis heridas?


Ojalá en alguna noche me hubieses visto llorando

para que supieras un poco del dolor,

aunque es por ti que no me atrevo a derramar ninguna puta lágrima.


No sé qué queda de mí

o por qué sigo aquí,

mi oscuridad ha estado consumiéndome

por demasiado tiempo

y alguna vez cedí,

¿qué me hizo resistir?


En blanco y negro

también se apreciarían los moretones,

anda, cierra los ojos,

ignora el daño que (me) hiciste.

  

Ahora sé que mis huesos

nunca han sido para sostenerme,

ellos solo fueron hechos

para ser un puto cadáver.


¿Puedo cambiar sin nunca haber sido quien he sido

o tengo que descubrirme antes?

solo sé que soy la reina del auto-sabotaje

solo porque alguien me destrozó

y no quiero ser así,

pero tampoco me agrada la idea de existir.


El próximo mes cumpliré 23

y no puedo evitar sentir que he desperdiciado la mitad de mi vida

por este vacío que solo sabe consumirme,

realmente lo he estado intentando.


Quise tomar el control de mí

y cuando alcé las velas

el viento dejó de soplar,

luego le disparaste al barco

como si las olas

no lo pudieran golpear

hasta hacerlo destrozar.

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