Fui la palabra subrayada
en el libro que apartabas
y ahora no soy más
que el estante inclinado,
me utilizaste como balanza
sin convertirme jamás en una estatua,
solo me diste la venda
de la Diosa de la justicia,
si la hubieras colocado en mi herida
esta historia sería tan distinta.
Fui el libro que estaba enseguida de tu cama,
aquel que utilizabas en tus noches malas
como si entre mis páginas
estuvieran las respuestas a tus problemas,
y pasabas tan rápido las hojas
que las maltratabas,
volviste mi historia en algo efímero,
algún día serás mi capítulo olvidado,
algún día todo esto será sanado.
Fui la lámpara solar
que esperabas que se convirtiera en el sol,
ahora sostengo mi respiración
y detengo a mi corazón,
¿qué es lo que querías de mí?
sellaste tus vacíos conmigo
dejando el dolor a mi nombre,
¿cómo es que sigo pagando por eso?,
¿qué es lo que querías de mí?
a ti todavía no puedo perdonarte,
no completamente.
Te di lo mejor de mí
hasta preguntarme “¿qué queda de mí en mí?”,
hiciste que nuestra zona de derrumbe
estuviera acordonada como si fuera un tipo de lazo,
me llevaste hasta mis límites y a mis vacíos.
Utilizaste mis estatuas
como si fueran pilares,
¿cuánto tiempo creíste
que podría soportar?,
¿cuánta vida creíste
que todavía podía entregar?
Ahora sé que
las estatuas
se sostienen de las grietas
para volverse más reales
con la vida encarnada en ellas.
Y ahora el tacto me parece tan frío
y vuelvo adentro de mi piedra,
esculpiste mi dureza,
¿qué es lo que querías de mí?
Sellaste tus vacíos conmigo
y dejaste el dolor a mi nombre,
para que yo solo lo (re)sintiera
y me sentí tan usada,
desgastada
como los colores de las estatuas,
y ya no puedo ser quien era,
pero el musgo me cubrirá,
me reincorporará a mi naturaleza.
Fui la palabra subrayada
en el libro que retirabas
y ahora no soy más
que el estante que está inclinado,
porque me usabas como balanza,
pero yo le he dado más peso a la pluma que a mi corazón,
así que algún día seré libre
y pondrán un escarabajo en mi corazón
para que lo proteja
y alcanzaré la vida
donde habrá justicia.
Escribí esto mientras escucha Gave You I Gave You I, de Gracie Abrams, en repetición hasta la última palabra, porque debido a esa canción y mi introspección escribí este poema.
Cuando yo digo que los escarabajos son importantes hablo en serio, pero si tienen dudas se lo pueden preguntar a los egipcios, sobretodo con los escarabeos de corazón.
Según ellos, los egipcios, si el corazón pesaba más que la pluma en la balanza, entonces la persona estaba condenada. Debían estar igual de livianas para alcanzar la vida eterna.
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