Algún día nos (re)encontraremos en alguna cafetería
y lo frío de mi frappé se traspasará a mí
porque mi mano estará temblando
por aquello que no supe sostener.
Dudaré acercarme a ti,
pero mis tropiezos lo harán por mí,
de todas formas, ya había caído por ti.
Pronunciaré tu nombre con una sonrisa
y te preguntaré por cómo has estado,
porque ha pasado tanto tiempo
que si no hubiera estado pensando en ti,
tal vez no pudiera haberte reconocido.
Nos pondremos al día
como si aún hubiera espacio en nuestra vida
y me iré con una sonrisa sabiendo que estás bien.
Te diré que me dio gusto verte
y le daré un cierre a mi corazón,
pero dirás que deberíamos de vernos de nuevo,
susurraré para mí “estuve esperando todo este tiempo por este momento”
y me repetiré que siempre fuiste una vez en la vida,
que tal vez ya es demasiado tarde,
solo que habrás abierto la tumba de esperanza
y sabré que jamás murió,
estaba esperando vivirnos.
Nunca supe como acercarme a ti
y luché contra la distancia y mis ganas,
pero acepté que había perdido.
Luché contra la distancia
como si fueran olas,
pero estabas en otro océano
donde mi agua era la gota
que no llorabas,
¿a qué te sabe la paz?
Ignoré a mi corazón
en tu cumpleaños 17,
los dardos de mi corazón
debieron haber sido aviones de papel,
todo encuentra su forma de expresar el dolor
y el amor se esconde en unas heridas.
Traté de huir del sentimiento,
pero cuando me atrapaste en un abrazo,
supe que te quería.
Aquel día pausaste tu música,
te quitaste los audífonos
mientras sonreías,
pero me entregaste el ritmo,
mantuviste a mi corazón danzando
y años después te encontré en una canción,
sentí la letra, tal vez causa de la poesía que escribí ese año para ti.
Hubo un tiempo
en donde verte en mis sueños
era lo más cercano a nuestra realidad,
ahora sé que eres una utopía.
Eres la imagen que mejor conocen mis ojos cerrados,
que con más colores se pintaban en mis sueños,
pero no hablaré porque entiendo tu silencio
y jamás he sabido cómo borrar la línea invisible que nos separa.
Cuando escuché la canción de Sabrina me gustó y me dije “puedo escribir una poesía sobre esto”, pero luego me di cuenta que no tengo nada que expresar, por mi cuenta o que sean letras sinceras, sobre un amor, sentimiento o ilusión pasada, aun así el no tener nada no me detuvo a escribir algo (no necesito de un sentimiento para la inspiración). Aunque confieso que después de la estrofa “ignoré a mi corazón (…)” partió de frases que tenía escritas desde hace un año, en ese entonces guardaba un poco de ese sentimiento pendiente, luego lo resolví hasta superarlo, pero sentí que podría encajar en esta poesía.
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