No merecemos un amor a medias,
pero me hiciste sentir que mi corazón
estaba siendo desperdiciado.
No merecemos un amor rasgado,
pero esto ha estado desgarrándome
y aún trato de aferrarme aun cuando sé que ya fue suficiente.
Traté de cambiar las vendas
cuando necesitaba cambiar de piel,
me despinto con mi sangre
y mancho todo con mis lágrimas.
Detén el sangrado,
sigo herida.
Aléjate de aquí,
este ya no es tu hogar,
lo que construimos está en ruinas
y no puedo pensar en las rimas
que puedan armonizar lo que eras,
lo que yo era,
lo que éramos.
Nos vemos a través del reflejo de la espada,
no quiero herirnos,
pero sigo herida,
he decidido dejar mis armas atrás
y a la vez también sé que es momento de avanzar,
¡qué desolado el camino de la paz!, ¿lo vas a tomar?
Te puedo querer
y aun así decir “ya no quiero esto”,
te quiero en la renuncia
y te querré más allá de la despedida.
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