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Eterno domingo

La vida a veces es un domingo eterno,

este café ya se enfrió

y el alba nunca (se) despertó.

Este día carece de vida

y me he quedado estancada

en esta profunda nostalgia

sin saber si alguien me extraña.


Me quedaré en casa

preguntándome si alguna vez tuve un hogar

o si alguna vez encontraré mi lugar.


Hoy hablaré conmigo misma

esperando que suene otra voz que no sea la mía,

dicen que el silencio también es una respuesta,

pero necesito saber más.

Desempolvaré aquel tocadiscos

y colocaré aquel vinilo

tratando que entre los giros

algo se mueva en mí.

Domingo de bajón emocional

donde sé que no puedo llorar

porque me agota tanto

y mañana tengo que lucir como si estuviera bien,

no tengo ganas de fingir,

pero lo haré hasta el fin.


La muerte es eternidad

como este domingo que nos busca

para que nos perdamos,

solo llega a matarnos

y ningún cuerpo abraza al pobre cadáver.


La memoria vuelve

y ningún recuerdo regresa realmente.


La magia que tiene este día

solo sirve para desencantar a la vida.

Todo se ha vuelto gris,

usaré esta pequeña crisis

para aprender lo que no quería saber.


Ahora siento que he ahogado un grito

para quien entendía el murmullo

y ya ni siquiera sé lo qué quiero decir,

¿estoy careciendo de sentido

o todo está tomando sentido?

Deja que la aguja del tocadiscos

se clave en mí,

hazme sangrar,

hazme sentir,

mañana volveré a mí,

pero no sé cuándo comenzaré a vivir.

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