No sé cómo le haces,
pero conviertes mis lágrimas
en diamantes.
Nunca había encontrado
un silencio tan cómodo,
tú sabes comprender
hasta lo que no sé decir.
Haces melodiosos
mis días lluviosos
y cada relámpago
se viste de arcoíris,
iluminas a mi corazón opaco.
Tienes en ti
la esencia de la esperanza,
contigo en la fatalidad
no me va tan mal.
Nada da más
que la decadencia,
nada es más profundo
que este vacío mío,
pero sujetas el abismo
en el que estoy
y por primera vez
siento que caer está bien.
Me desarmo ante ti
y la seguridad vuelve a mí.
Sé que he cometido tantos errores
antes de llegar a ti
y sería el peor error dejarte ir,
no podría perdonármelo jamás.
No tengo por qué esconderme cuando me siento mal,
finalmente he encontrado un lugar seguro,
contigo mi sufrir es un buen sentir,
puedo afrontarlo y superarlo.
Contigo no me pierdo
cuando estoy a la deriva
y mis huesos titubean
para que mi alma lleve la delantera.
Has traído la paz
a una vida de guerra
y me has enseñado que
cada día es una pequeña victoria
incluso si se consiguen heridas.
Estos últimos estuve leyendo Carnets de Albert Camus, aquí un pedazo y una pieza poética:
“Cuando ella estaba presente y nos desgarrábamos, mi sufrimiento, mis lágrimas, tenían un sentido. Ella podía verlos. Cuando se iba, ese sufrimiento era vano y sin porvenir. Y el verdadero sufrimiento es el que se padece en vano. Sufrir junto a ella era una deliciosa felicidad. Pero el sufrimiento solitario e ignorado, he ahí la copa que se nos ofrece sin tregua, que obstinadamente apartamos de nosotros, y que sin embargo habremos de beber un día, más terrible que el de la muerte"
Comments