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Foto del escritorANMIR MARTZ

Macbeth

Ella me regaló un cuento de Macbeth

porque la historia transcurre en mi país favorito,

pensó que sería un detalle bonito

y pensé lo mismo.


Ella me escribió una carta

a través de códigos

en un cuento de Macbeth,

tiempo más tarde me di cuenta

del presagio que no escribió,

pero a la historia despedazó,

¿ella lo sabrá también?

fue Shakespeare el culpable.


En cuanto abrí el libro pensé

“esperando el reinado Escocés

¿qué otra maldición uno puede esperar a tener?”

también pensé en las cartas secretas de Mary Stuart

y cómo solían terminar mal,

no tenía por qué sospechar nada,

no estábamos en un teatro,

podíamos pronunciar “Macbeth”

y salir tan vivas como cuando entramos.


¿La maldición estaba en la sangre

o en la tinta? de repente

las tres brujas se colocaron en nuestro

pasado, presente y futuro,

tomamos todo lo que pudimos de nuestro castillo,

siempre es una pelea sobre el poder

lo que hace perder.


Profecías de muertes,

en eso consiste la vida

y dormimos sobre una daga

esperando que fuera solamente un sueño,

pero estábamos embrujadas,

no podía desaparecer como por arte de magia.


¿Fuimos ángeles que enseñaron algo?

¿cuál era el plan?,

¿nos convocó un cielo o el infierno?

la sangre en las manos impide un buen trato

y me quedé parada en el banquete que me preparó,

todo se enfrió,

fue un terrible diciembre,

ni siquiera puedo recordarlo.


Todos nuestros fantasmas

empezaron a desfilar sobre la mesa

y cuando tratamos de arrancar el mantel

creyendo que con eso podía acabar

el desfile de nuestra tragedia,

el cuchillo me reflejó,

lo alejé lo más que pude

y para que ella no viera ese reflejo

me alejé lo más que pude

hasta desaparecer de su vista.


Tuvimos que despedir

a todos nuestros demonios y soldados,

nos enfrentamos solas a la guerra

para despedir a nuestra tierra,

“la maleza es parte de la naturaleza,

a veces es todo lo que está dispuesta a dar más,

déjala, cubrirá nuestras ruinas

como si fuera una santa sepultura,

mas no nos convertiremos en fantasmas,

vete tranquila”,

le dije y fui yo quien se fue,

¿quién podrá recordarnos?

rompí nuestra dinastia,

pero nos quedamos con la alianza,

¿y a quién le importa?


Ella me escribió una carta

a través de códigos

en un cuento de Macbeth,

¡vaya presagio!

¿acaso tengo el derecho de maldecirla

en algunos de mis poemas?

no soy Shakespeare para hablar en serio,

ella sabe que la quiero

aun cuando no puede sentirlo más,

todavía es sincero en el desacierto.


Así que si alguien le pregunta alguna vez

por qué el castillo quedo derrumbado,

tiene que ahorrarse la historia

y solo decir “le escribí una carta en un cuento de Macbeth,

Shakespeare fue el culpable de nuestra tragedia”,

nuestras manos están limpias,

y ella es tan libre de contar su versión,

porque también está en lo correcto.


Las tres brujas se dividieron la maldición de la historia,

una de ellas dijo que en nuestras ruinas

el campo seguiría creciendo

y podríamos respirar mejor,

decidimos creerle,

aquí no hay muertes.


 

Tiempo atrás, mi entonces mejor amiga me regaló un cuento de Macbeth por el día del amor y la amistad, lo celebramos un año más y no más (después cada quien por su parte, claro, celebrando las representaciones de amores que creemos o tenemos).


Claramente no fue culpa de Shakespeare (quien "supuestamente" usaba maldiciones reales en sus obras/historias) ni de Macbeth (la historia de profecías), solo cuestiones de la vida y todo bien entre nosotras (según yo).

Cuando puse "no soy Shakespeare" también hago referencia a Jo March, en la conversación con Friedrich. Jo March (casi) siempre presente en mí.


En esta foto también se aprecia la corona que hice en honor a Neil Perry (de los poetas muertos), y de alguna manera él también fue víctima de Shakespeare, se suicido la misma noche que interpretó el papel de Puck en El sueño de una noche de verano. Lo digo por la cuestión de decir "Macbeth" en teatro y la mala suerte que trae hasta desencadenar una maldición. Aunque sabemos que el culpable de lo de Neil fue el padre (hijo de su puta madre).


Dudaba escribir esta poema, pero es una buena historia (y chiste también).



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