Ojos negros
La tragedia más bella,
la poesía más intensa.
Tu oscuridad era para ser,
pero jamás fuimos,
yo era la luz que te podía guiar,
pero me apagaste para perdernos juntos.
Ojos negros,
la profundidad de tu ser
y la oscuridad de la noche
no me hacían bien.
I. ÉL
Él era diferente,
pero siempre mostraba lo mismo,
jamás pude conocerlo bien,
solo conocí la parte que él me mostraba,
se ocultaba casi completamente.
Él pudo ser un intento de luna,
pero fue un fracaso de luna llena,
solitario y lejano era como era.
No decía mucho,
pero su mirada lo decía todo.
No decía mucho,
ocultaba sus miedos y secretos.
Él era inseguro y parecía frío,
pero sentía demasiado,
solo que tenía miedo que destruyeran
lo poco que aún conservaba.
Se mostraba irrompible,
pero era demasiado frágil.
Jamás me mostró sus cicatrices,
nunca me contó su historia,
todo en él era un misterio,
estaba lleno de secretos
y estos lo vaciaban.
II. SU OSCURIDAD
Sus ojos eran negros,
oscuros como la noche,
brillantes como la luz de estrella,
silencioso y frío era como él era.
Él apagaba su luz,
no quería brillar
ni ser la luz de alguien más.
Siempre me mostró su peor lado
y yo siempre deseé conocerlo mejor.
¿Cómo ser su guía
si él era el laberinto
que no tenía salida?
Nos invitaba a entrar
y de allí todo solo era un misterio de la perdición,
en cada paso te perdías,
el camino era una ruina
y él estaba lleno de heridas.
III. CENIZAS
Su sonrisa era como una estrella fugaz
y yo pedía de deseo que su sonrisa fuera de verdad,
deseaba y pedía por su felicidad,
pero él siempre intentó arruinar mis deseos,
incluso si le favorecía a él,
estaba en contra del mundo y de quien estuviera a su favor.
Él no era chispas,
él era llamas,
era un incendio,
ahora todo está en cenizas.
IV. DESENCANTO
Todo lo que él tocaba era destruido
como por arte de magia,
tal vez él era un villano,
tal vez solo tenía el corazón embrujado,
pero me hizo saber que los cuentos de hadas no existían,
¿felices por siempre? jamás.
No quiero un final feliz,
solo un comienzo para ser feliz.
Todas quienes lo amaban
terminaban siendo destruidas,
supongo que me rompí.
La chispa de los ojos de ellas
eran por el fuego que él había causado,
sus lágrimas eran las cenizas cayendo.
Las chispas de sus ojos era el brillo
que él les había prendido,
pero él les soplaba como si fueran pestañas para hacerlas caer,
apagarlas y nunca cumplir sus deseos.
Él encendía sus miradas
para hacer cerrar sus ojos
y robarse ese brillo.
Le gustaba opacar el brillo de una mirada
hasta dejar los ojos vacíos.
Ojos hinchados de lágrimas,
corazón desinflado.
Había una vez…
nunca tuvo que ocurrir.
V. EL CHICO QUE HACÍA PEQUEÑO TU MUNDO
Él era un chico callado,
con unos los que gritaban,
pero nadie lo vio
y a la nada le gritó
sin que alguien lo pudiese escuchar.
Él era el niño invisible,
y a la vez,
todo lo que yo quería ver.
Él era el chico que miraba todo y a todos,
él quería permanecer a la multitud,
pero permanecía en su soledad.
No encajaba con nadie
y nada lo completaba.
Él estaba destinado a perdición
y encontraba caminos para destruirlos.
VI. AMOR MALDITO
Él era el chico que estaba roto,
yo fui la valiente y estúpida
que se arriesgó a quererlo,
me rompí para completarlo.
Creí que amar me haría bien,
pero él me hizo mal.
Creí que amar te mantenía vivo,
pero amarlo me hizo desear morir.
VII. CIELO MALDITO
Él amaba los días lluviosos,
quizá las gotas de lluvia
eran las lágrimas
que no habían sido derramadas.
Decía que él era mi cielo,
pero nunca me hizo volar,
solo cortó mis alas
y destrozó mi corazón.
Decía que él era mi cielo,
pero me hizo caer más bajo que el suelo.
Decía que era él era mi cielo
pero parecía más bien el peor infierno.
VIII. BOMBA
Él respiraba, pestañeaba,
caminaba, soñaba,
no vivía,
tenía el alma destrozada
y un corazón que bombeaba
esperando que lo amaran
para así explotar como la bomba que era
y destruir lo que solía ser.
Fue un amor tóxico,
porque él era el veneno sin corazón.
Sus ojos brillaban
y era por sus lágrimas acumuladas.
Se quedó sin voz
por todo lo que guardo,
tenía miedo de hablar
y expresarse con la verdad.
Dime, ojos negros,
¿Qué es real
en este mundo deshonesto?
IX. TIEMPO
Dicen que con el tiempo dolerá menos
y que todo será un recuerdo,
pero yo no quiero esperar,
siempre he sido impaciente
y nunca volveré a tener esperanzas,
sobre él o por nosotros.
El tiempo puede ser infinito
y yo me he quedado en cero,
no quiero volver a empezar,
sé como terminará esto.
No me quiero acostumbrar,
solo quiero olvidar.
Pensé que duraría para siempre,
pero solo duró unos meses,
a veces pienso que este sufrimiento se sentirá eternamente,
pero existirá hasta que deje de recordar
anhelando volver a vivir ese momento
y comience a superar queriendo no tener nada de todo aquello.
X. NADA EN MÍ DE TI
Él dijo que ambos estábamos rotos,
que ambos fuimos lastimados
y que no nos dañaríamos,
pero que siempre nos amaríamos.
Me dijo que nunca lo soltara
y que él jamás me dejaría caer,
no puedo caer más bajo.
Dijo que yo lo estaba haciendo cambiar hasta mejorar,
me dijo que me iba arreglar,
nada en mí se puede romper más.
XI. MANECILLAS DEL RELOJ Y DOLOR
Dicen que el tiempo no existe
y que para eso se inventaron los relojes.
Mi mundo se detiene
mientras el mundo sigue dando vueltas,
quizá él sea mi mundo
porque está dando vueltas en mi cabeza,
me hacía sentir infinita, en las nubes del espacio
y como amante del universo,
¿qué queda de eso? el dolor del agujero negro.
Estoy viendo mi techo
porque no soportaría mirar nuestro mismo cielo.
El mundo gira, el reloj de vueltas,
todo es igual y el tiempo no es nada,
hacemos algo para cambiarnos,
nada más, ¿estamos a algo de acabar con todo?
El mundo gira, el reloj de vueltas,
nuestros recuerdos se repiten más
que mi canción favorita,
las palabras que siempre susurramos
se escuchan como gritos en mi cabeza,
pero solo son ecos de las mentiras.
Fuimos amor,
fue dolor,
Fuimos un secreto,
fue un misterio.
XII. DECÍAS, MENTÍAS
Te dije que mi corazón era débil,
dijiste que yo era fuerte,
pero me destruiste
hasta que acabaste conmigo.
Decías que no sabías cantar,
nunca cantamos,
solo decías las palabras de la canción
y aun así, desentonando.
Decías que no sabías bailar,
jamás bailamos,
solo movimos los pies para caminar,
pero en aquella noche
las luces de la calle fueron nuestros reflectores,
pero dijiste que no éramos actores para hacer una escena.
Jamás te enfrentaste a nada,
el amor nunca fue tu todo,
solo me compartiste de tu tiempo roto
y me entregaste algunos latidos de tu corazón.
Fuimos valientes
solo para destrozarnos.
Soy más fuerte que tú,
yo pude arreglarme.
Creías en lo imposible,
podías haber llegado a cualquier lugar nunca antes descubierto
o a aquellas zonas prohibidas hacerlas tu hogar,
podías hacer lo que jamás se había hecho
y lograr lo que nadie se cuestionó.
Podías detener la lluvia,
pero te encantaba hacer llorar.
Tú llegarías a la luna solo con el fin
de decirle que el sol es solamente tuyo.
Tenías todas las posibilidades
hasta de algo imposible,
pero no podías ser romántico,
sentías amor, o eso decías,
pero no creías perder la razón.
Podías hacer lo imposible
pero nunca intentaste lo posible.
Nosotros nunca bailamos,
nunca cantamos,
decíamos amarnos
pero nunca lo demostramos,
nos contemplábamos los labios
como si admiráramos las mentiras que escondíamos detrás de ellos.
Aquella vida soñada
fue solamente una pesadilla.
XIII. LLUVIA
La lluvia caía
y yo me puse a bailar,
tú sólo reíste,
te reíste de mí.
Me tomaste de la mano
para llevarme a casa
antes de que la lluvia
hiciera efecto en mí
¿Me tenías afecto?
XIV. PIEDRAS
Te gustaban las piedras porque estaban en todo el camino
y decías que podían guiar nuestro destino
como si fueran estrellas en la tierra.
Dijiste que te gustaban las piedras
porque te hacían tropezar y caer,
así que mientras estuvimos en uno de los puentes de nuestra ciudad
tomaste piedras y las dejaste caer al río,
allí todo tuvo sentido:
yo te gustaba y me dejaste caer.
¿Soy tu estrella en la tierra?
Ojos negros,
tú eras mi piedra,
me dejas congelada.
XV. BELLEZA OCULTA
Me mostraste los lugares bonitos de la ciudad,
me mostraste el lado bueno de la vida
y siempre me ocultaste tu mejor tú.
XVI. ACABEMOS CON ESTO SIN DESTRUIRNOS
Los días pasaron,
muchas cosas al acabar
nos cambiaron.
Jamás empezamos,
¿Cuándo terminará todo esto?
Nada nos une
¿Qué nos separará?
La distancia no es nada,
nuestra indiferencia lo es todo.
Quiero acabar ya
pero jamás iniciamos,
aunque sigo escribiéndote como una idiota.
XVII. OJOS NEGROS
Ojos negros,
tú hiciste mi vida en blanco y negro,
por ti mi vida perdió su color
y yo perdí mi razón.
Rompiste mi corazón,
tú brillabas pero no fuiste quien me iluminó,
en ti encontré mi oscuridad,
cegabas para opacar.
Ojos negro,
me robaste la luz de mis ojos,
me robaste el amor de mi corazón,
destruiste mi alma
y acabaste conmigo.
Ojos negros,
fuiste mi oscurecer,
fuiste mi perdición,
nunca fuiste amor
y siempre serás una ilusión.
Ojos negros,
la noche fue oscura,
tú brillabas
y me apagabas.
XVIII. INTOCABLES
Nuestras manos chocaban y se tocaban,
pero jamás se sujetaron,
no encajábamos.
Nuestros labios fueron intocables,
quizás eran salados por las lágrimas que se derramaban.
Fuimos intocables, pero alcanzables,
fuimos una pesadilla en la realidad.
Nuestros brazos se abrazaban,
pero nuestros latidos nunca se escuchaban.
Susurrábamos palabras
para que no nos escucharan,
ahora los susurros son los gritos de mi corazón.
Nos amábamos, pero no los demostrábamos.
Te conté todo lo de mi pasado
porque eras mi presente
y creía que duraría para siempre.
Mi corazón contigo se equivocó
y desde entonces, jamás amo.
XIX. TU OSCURIDAD
El negro es un color de elegancia
también se aplica cuando estas de luto,
supongo que tú lo usabas para ir al funeral
de quien fueras a matar.
Tu mirada
era como la noche oscura,
donde tus ojos
eran las estrellas que brillaban
y opacaban a los demás.
No eres una mala persona,
solo alguien que fue herido
y con sus pedazos rompe a los demás,
a todo aquel que se le intenta acercar.
Yo fui quien intentó arreglarte,
me rompiste para completarte.
No tenías amor
por eso ilusionabas
para que te amaran
pero ¿de qué sirve que todos te amen
si tú mismo no lo haces?
¿Tratabas de robarles el amor que sentían por ti
y amarte al fin?
XX. CICATRIZ POR SANAR UNA HERIDA
Cuanto tu mamá me conoció
dijo que yo sería tu salvación,
pero tú fuiste mi destrucción.
Yo quería dejar una huella imborrable
pero tú dejaste una marca un tanto imperdonable,
una cicatriz en mí
que no se ve a simple vista
pero si miras mi alma
ahí está y ahí se quedará,
has marcado mi vida
y aún hay traumas y pesadillas.
Me hiciste bien y mal
pero mucho daño,
recién acabo de recuperarme.
XXI. QUIZÁ
Quizá los trozos de felicidad
te puedan llenar.
Quizá en un lugar lleno de gente
habrá alguien que te complemente.
Quizá en un corazón
podrás encontrar un amor.
Quizá en tu mente
encontraras un pensamiento nuevo
que te hará ser diferente.
Tus ojos negros nunca cambiaran de color
pero lo que podrías cambiar es tu visión,
tu manera de ver las cosas de la vida.
Tu vida no cambiará
si tú ves todo de la misma forma.
XXII. NO TENGO LA CULPA
Yo no tengo la culpa que te hayan destrozado el corazón,
que te hayan dañado tanto
y destruido cada pedazo de tu ser.
No tengo la culpa que te hayan hecho creer
que tus sueños jamás se harían realidad,
no tengo la culpa de que marcaran tus defectos
hasta hacerte odiarte.
No tengo la culpa de que te hayan traicionado, lastimado, humillado,
no tengo la culpa, yo no estaba en ese entonces,
todo fue antes de que yo llegara,
aparecí después de tu destrucción,