El corazón envejeció,
los amores murieron,
los deseos ahora son lamentos
y las ilusiones nunca fueron más que eso.
Aquella canción jamás se cantó
y este poema sigue en composición,
estoy hecha de lo que me deshecha.
Rompí nuestras nubes
y ahora está lloviendo,
no saques los paraguas
si no saldremos.
Abriré la ventana
que no tiene vista a nada
y observaré hasta que mis ojos se cansen,
necesito soñar y sentir que algo es real.
Me volví ave para estar en un cielo,
pero jamás pude volar en él,
estas garras me desgarran,
estas plumas me desploman,
no puedo aferrarme a lo que ya me soltó
y tal vez nunca me sujetó.
Quiero vengarme del miedo
y aún no tengo el valor
para enfrentarme a mi misma,
tal vez lo haré un día,
pon fecha
y estaré esperando,
siempre lo hago.
Anda, destiérrame de tu corazón,
voy a florecer en otro lado,
justo aquí,
en mí.
Rompí nuestras nubes
y ahora está lloviendo,
no saques los paraguas,
¿de qué nos estamos cubriendo?
esta gota no nos ahogará,
déjala estar.
El corazón envejeció,
entre las arrugas y cicatrices
no sé en dónde te guardé,
¡te quise y qué bonito fue!
incluso cuando ya no fue,
el siempre buscaba más,
no nos perdamos en el jamás.
Los amores murieron,
¡qué bonito fue vivir
y sentir un poco de ti!
deja que las estrellas vuelvan a su lugar,
es tiempo de encontrar otra luz que no parpadee
porque luego la perdemos de vista.
Nuestro resplandor se marchó sin dejar pistas,
solo había piedras y creímos en ellas,
¿en qué tropiezo nos estabilizaremos?
estoy en el horizonte esperando verte.
No saques el paraguas
¿de qué nos estamos cubriendo?
esta gota no nos resfriará,
esta lluvia no nos inundará.
Los deseos ahora son lamentos
porque las ilusiones no fueron más que eso.
En ocasiones el miedo nos hace presas de él, pero no siempre va a ser igual de fuerte. La fortaleza de tu corazón y de tu sentir, es aún mayor.