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Árboles danzantes en una tarde sin nubes

Los árboles se levantan

solo para enterrar al horizonte,

se han adueñado de los ocasos

y han ido resguardando nuestros soplos

para limpiar el viejo tocadiscos.


El sol va cayendo

y las palomas siguen tratando de aferrarse,

han estado entrelazando los hilos de nuestros bosques

mientras nuestras hojas se han ido desprendiendo.


Antes de que se me aparezca la luna

tu imagen viene a mí,

mi nostalgia ha hecho que tu recuerdo esté

en todos los lugares donde no estuviste,

ahora una huilota está meciéndose en una rama,

está en silencio, soy yo el lamento.


Los pechos amarillos gritan diferente

cuando el azul en el cielo va perdiéndose,

llamados desesperados por encontrarse en el verdor,

nuestros bosques han ido llenándose de criaturas

y en su recorrido voy olvidando todas tus ausencias.


Hoy pensé que el silencio era azul,

como un cielo sin nubes

y me quedé contemplándolo,

en silencio,

ese infinito ha estado desvaneciéndome.


El viento empezó a tomar fuerza,

tocó la canción de los árboles

y estos se volvieron danzantes

en la tarde sin nubes,

y pensé en ti mientras sentía la resplandecencia,

pero perdí el abrigo de tu reminiscencia.


Los árboles se levantan

solo para enterrar al horizonte,

se han adueñado de los ocasos

y han ido resguardando nuestros soplos

para limpiar el viejo tocadiscos,

es muy tarde ya para nosotros,

la naturaleza se ha apropiado de nuestra canción,

las palomas en la caída del sol

le transmiten los fúnebres cantos

a los búhos,

tú te has quedado con el silencio,

yo me quedo en silencio,

te perdí en los bosques,

entre sus senderos sin flores,

quedé suspendida en un viento envolvente

y todo empezó a encarnarse

como los árboles danzantes

en una tarde sin nubes.

A las huilotas comunes (Zenaida macroura) también se les conoce como “palomas de luto” debido a su cantos que parecen lamentos.


Ayer que salí a la terraza, contemplé la caída de la tarde, el azul disolviéndose y el viento meciendo los árboles, no había nubes, pero había una paloma en una rama, a veces se mantenía estática, otras veces, sin sus alas, también volaba, le tomé una foto para recordarla.


Cuando andaba contemplando, pensé en el poema Tardes en mi jardín, ojalá algún día escriba un poemario al respecto.




 
 
 

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