Si te fuiste desde hace tanto tiempo,
¿por qué sigo aquí?
¿Qué es lo que estoy esperando:
a ti o la parte de mí que se fue contigo?
Pinté al cielo con mis ojos,
está rojo de tantas lágrimas
que me arden por no saber soltarte.
El cielo está rojo
como los atardeceres que adorábamos,
pero ya no importa,
renaceré en un amanecer dorado.
Has llenado la ciudad
con el humo de tu cigarro,
quieres que todo sea nublado para ti
para justificar tus errores.
Le has prendido fuego a Lima
tratando que todo lo que te dañó
se deshaga y deje de perseguirte
a donde quiera que vayas.
¿Alguna vez tuviste un verdadero hogar
o era solo el lugar donde más tiempo te quedabas
después de haber huido?
Mis ojos arden por no llorarte,
aún no puedo creer el haberte perdido.
Desde hace años pienso que solo voy a extrañar a los muertos,
pero tú eres un fantasma para mí,
un extraño que extraño.
Te hice perseguir al sol,
ahora trato de huir de tu sombra.
Es muy difícil para mí dejar entrar a alguien en mi vida,
jamás me importaron las despedidas,
siempre supe que la historia seguía,
agradecía las memorias,
mis relaciones siempre fueron superficiales
a pesar que me entregara,
pero tú has sido el único en quien he confiado,
con quien llegue lejos,
fuiste tú quien me acercó a mí.
No me malinterpretes,
es mejor haberte perdido
que el jamás haberte tenido,
me entregué tanto que tal vez no podría haber dado más,
pero perdí esa parte de mí al no ser tú quien la ganaba.
Jamás creíste en mi mala reputación,
tú has visto a través de mí
de la manera que jamás nadie intentó.
Tomaste mi alma
de una manera
que jamás podré sentirla de nuevo.
Mi alma era roja antes de ti,
ahora es gris por las cenizas del fuego que tuve en mí.
Quiero que mi alma sea dorada,
aunque esto me lleve a que solo el diablo pueda valorarla.
Me permitías ser yo misma
y jamás pude ser mejor persona que en ese entonces.
Me permitías ser yo misma,
conocerte fue descubrirme a mí,
me permitiste verme a través de tus ojos,
que importa si se rompen los espejos
y eso me lleva a tener años mala suerte,
fui afortunada por un momento realmente mirar a través de mí,
gracias a ti.
Todos esos amaneceres dulces
y atardeceres ardientes
están en los cielos
que nosotros ya no gobernamos.
Ojalá la luna te acompañe a casa,
porque yo no puedo hacerlo.
Ojalá alguna vez te hables sobre mí,
ojalá algún día me hables.
Contigo todas mis groserías eran parte de mi falsa historia,
contigo mis poesías se escribían solas.
Aunque me duela ya no tenerte,
sé que mi vida es mejor porque apareciste tú,
hiciste tú trabajo,
abriste mi corazón
y no me he atrevido a cerrarlo completamente.
Ojalá en alguna de tus botellas de alcohol
haya una carta para mí,
mándamela por el mar de Lima,
no te pido profundidad,
solo sinceridad.
Yo solo escribo, mi historia y tu interpretación de la poesía pueden ser distintas, pero siéntete libre de compartirme tu interpretación, opinión, la frase que más te haya gustado o lo que quieras en los comentarios. Gracias por leerme.
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